La granada es una de las frutas más saludables y con más poder curativo que existe. Los nutrientes de la granada ayudan a bajar de peso, mejorar la circulación y ofrecen protección contra enfermedades como cáncer y alzheimer por su gran poder antioxidante.
Uno de los antioxidantes de la granada llamado punicalagina tiene también propiedades antibacterianas y antivirales y ha sido ampliamente estudiado en los últimos años por sus muchos efectos positivos en la salud y tratamiento de algunas enfermedades. Además también contiene nutrientes antiinflamatorios muy poderosos por lo que es un alimento muy prometedor en enfermedades autoinmunes como fibromialgia, lupus, artritis, fatiga crónica, entre otros.
El consumo regular de granada ayuda a proteger del riesgo de enfermedades del tracto urinario y ciertos tipos de cáncer como son el de pulmón, próstata y mamario. Ayuda también a reducir la presión sanguínea y prevenir la aparición de coágulos.
Algunos estudios han ligado el consumo de jugo de granada con la prevención de placa dentobacteriana y enfermedades inflamatorias orales.
Han sido tantos los beneficios que se le atribuyen que en la actualidad es común encontrarlo en forma de extracto, cápsulas o productos para la piel.
El aceite de granada se utiliza en la piel para mejorar la elasticidad, el tono e incluso mejorar condiciones como psoriasis, eczema y quemaduras de sol.
Si vas a tomar extracto de jugo de granada comercial asegúrate que no tenga azúcares ni conservadores añadidos y recuerda que la mejor manera de consumirlas siempre será de forma natural. Aquí te dejo una rica receta ensalada de granada, jicama y mango